Las Ventas. Madrid. Feria de San Isidro. 21 de mayo de 2010
Remontar lo insalvable
Por Paz Domingo
La tarde de expectación se definió en los primeros instantes con una tragedia. Y se dimensionó a lo grande en los últimos, a través de unos lances magistrales de un capote olvidado en los tiempos, más una torería de remontada que paliaba las dos horas largas de calvario. Las oscuridades de la caverna se consumaron en un ganado feo de cabo a rabo, de vericuetos indescriptibles, por insanos, acumulados al montón, de ausencia de casta, sin ánima, sin talento, sin fuerzas, de hechuras disonantes, de temperamentos borreguiles, de autenticidad desnaturalizada. Unos seudotoritos sublimados en la nada, sucesores de aquellos con los cuales el ganadero -llamado caballero- invadió la cabaña brava con genes artistas indiscriminadamente, y a los que han afilado tanto sus transgénicas entrañas que han hecho imposible incluso su reconocimiento, una aventura desvalorizada, hasta el punto de ser espectros mutados en su demérito. El afán del ganadero ha acabado con los prototipos pintureros y ahora se desvive por estos fantasmas que no sirven ni para ser feos, ni acaso para la venta de carne al por mayor. Este monoencaste -que dominó para quedarse- hace imposible cualquier atisbo de verdad. Y tan aberrante era la materia, que no merecieron los juanpedros ni las espesuras dramáticas que provocaron, ni los excesos de torero portentoso que se evidenció después de harturas y protestas.
http://sites.google.com/site/toroaficion/san-isidro-2010/10-san-isidro-16
sábado, 22 de mayo de 2010
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