Plaza de toros de Las Ventas. Madrid. 13 de mayo de 2014
Quinto festejo de la Feria de San Isidro 2014
Toros de Parladé para Manuel Jesús, El Cid, Iván Fandiño y Ángel Teruel.
Hay que tener mucho valor
Por Paz Domingo
A
la altura del final de la lidia al quinto toro de la tarde la conmoción
en los tendidos de la plaza de Madrid era absoluta. Fandiño tenía la
puerta grande entreabierta después de una buena intervención que
concluyó con una estocada perfecta de ejecución, entregada en cuerpo y
técnica. Cuando se esperaba la repetición de maestría en su segunda
actuación de la tarde, sorprendió. Tiró el engaño, se plantó de frente
al animal de boyante desafío, apuntó el estoque, se vació en el testuz,
impactó entre los pitones y con el impulso del tremendo golpetazo el
matador salió despedido en doble vuelta de campana para caer detrás del
toro prácticamente de pie. La efectividad del juego malabar, atrevido y
realizado como nunca se había visto, supuso tal exaltación emocional,
que la multitud se volvió loca.
Hay
que tener mucho valor para plantear este desafío a cuerpo limpio. Pero
también hay que tener mucho arrojo para poner cordura al atrevimiento
como reclamó una minoría, que aunque la potencia del acto sea enorme,
increíble, desmesurada y arrebatadora no deja de estar sobredimensionada
en alarde e impropia del equilibrio en el que sustenta la técnica
depurada de la tauromaquia.
Fandiño
conoce muy bien el tejido de los aficionados en Madrid. Él está
considerado un torero de aquí, taurinamente hablando, por supuesto. Pero
esa rotundidad del triunfo se le ha esfumado en esta plaza entre
encierros complicados, cornadas y un bajón en resultados concluyentes en
su interesante trayectoria. Así que fue a por todas. Fue un acto
espontáneo pero bien entrenado durante el invierno, y entre la
posibilidad de que le saliera mal estaba la oportunidad de impresionar.
Pues lo hizo. La espada cayó atravesada y poco importó. El asunto parece
otro y el gusto fue diferente para los pocos que protestaron, ahogados
en la algarabía. Hay que tener también mucho valor para no dar
rotundidad al gesto porque nos sigue gustando más su extraordinaria
facultad para volcarse en el volapié limpia, técnica, magistralmente
como lo realizó en la suerte suprema en su primera actuación, pero a él
no le era suficiente. Que optó por el tremendo, sensacional, emociónate y
poco ortodoxo intento, a él le recompensó ya que después de tanto
valor, pundonor y difícil trasiego en la dureza al fin tuvo su puerta
grande. Que el listón sea tan alto para muchos y tan desaparecido para
unos pocos es una injusticia aún por cuestionar. Entonces, a pesar del
debate, vaya lo uno por lo otro.
Sus
faenas carecieron de precisión. Estuvo bien. Concentrado, bien situado
en terrenos matemáticos, muy torero en la personalidad que le define.
También le falta dar naturalidad a su cuerpo y a sus maneras, ligar con
claridad los pases que arranca a intervalos, y quizá terminar mejor
colocado en los pases de pecho que, aunque arriesgados, concluyen fuera
del sitio. El quinto toro fue el toro del examen. Expuso todo, hasta el
final como queda explicado, pero a la faena de lucha feroz le faltó el
sometimiento que exigía.
Respecto
a los dos compañeros de terna quedaron olvidados. El Cid porque pasó
sin exponer un ápice con animales de poca trasmisión pero con almas
cándidas que se dejaban sucumbir a vaivenes múltiples y el diestro
parece de gira nuevamente por el desierto. Sobre Ángel Teruel es mejor
no decir nada porque ni dice ni se espera circunloquio y lo que no toreó
este hombre de apellido reluciente lo gritaba el progenitor desde la
barrera del callejón. La imagen patética resultó hasta compasiva por
tanta desmesura de amor paternal. Y si hablamos de toros, pues excepto
el quinto, eran mamíferos bovinos de presentación inaudita, de
resultados pobres, de casta ninguna, de flojedad apabullante, de
identidad inclasificable. También, se debe hablar de dos subalternos de
la cuadrilla de Fandiño, que pusieron técnica al segundo tercio al
afamado quinto de la tarde. Lo único potable en facultad lidiadora.
miércoles, 14 de mayo de 2014
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