Quite de Morante en el toro que hizo cuarto y que correspondió a Finito de Córdoba. El único momento hermoso y destacable de toda la tarde. El más bochornoso el que se muestra a continuación: los pitones del sobrero de Carmen Segovia por los suelos... Fotografía de Paco Sanz
23 de Mayo de 2013. Decimoquinto festejo de la Feria de San Isidro.
Madrid. Las Ventas. Finito de Córdoba, Morante de la Puebla y Miguel Ángel Perera con toros de Jandilla y Vegahermosa.
Madrid. Las Ventas. Finito de Córdoba, Morante de la Puebla y Miguel Ángel Perera con toros de Jandilla y Vegahermosa.
Sólo
Perera
Por
Paco Sanz
El
festejo inicialmente tenía todos los alicientes para ser una gran tarde toros.
Cartel rematado, expectación, la reventa haciendo su trabajo, tarde espléndida
en Las Ventas y los tendidos hasta la
bandera incluidos los familiares de acomodadores y otros personajes que no
pasan por taquilla. Pero
como casi siempre ocurre en estos casos, dice el dicho que “Tarde de
expectación, tarde de decepción”. La tarde la ha salvado Miguel Ángel Perera
que ha estado realmente torerísimo con sus dos oponentes.
En
su primer enemigo, al que banderilleó espléndidamente Juan Sierra, ha estado en
torero. Con enorme predisposición, ganas y arrojo. De inicio le enjaretó tres
series con la derecha llenas de mando, temple y ligazón que levantaron los olés
en el tendido. El toro se vino abajo y su falta de raza hizo que Perera tuviera
que sacarle los muletazos cruzándose al pitón contrario para dejar los vuelos
de la muleta en el hocico del toro. De esta manera consiguió cuatro naturales
largos, templados que parecían no acabarse nunca. Estaba tan enfrascado con el
toro que no debió de enterarse de que sonaba un aviso puesto que siguió citando
al toro, esta vez por bernardinas. El manejo de la espada le privó de cortar
una oreja.
Su
segundo oponente, no le permitió repetir las series de su primero. Su correcta
colocación y dominio de los terrenos fue argumento suficiente para ligar un par
de series de indudable calidad. El burel se rajó de tal manera que la porfía
del extremeño, en intentar meter al toro en la muleta, fue una aventura
imposible. Recurrió al arrimón, pero ni por esas. El toro era un marmolillo
indecente. A este toro lo banderilleó como mandan los cánones su subalterno
Joselito Gutiérrez.
Volvía
a Las Ventas después de siete años Juan Serrano Finito de Córdoba y parece que ese
tiempo de ausencia en esta plaza lo ha acusado de forma negativa el diestro
nacido en Sabadell. No ha dejado un solo poso de la figura que dicen que fue.
Mal asunto. Segundas partes, casi nunca fueron buenas. Su primer enemigo sufrió
en sus carnes un horripilante tercio de varas. Nunca sabremos si su invalidez
fue causada por el tercio de varas o es que nació con ella. Pero ahí estaba. Lo
que pasa es que unos ven invalidez para la lidia y otros que es un calambre.
En
este toro, Finito estuvo como ausente, medroso, desconfiado y apático. Buscaba
y no encontraba terrenos donde el aire no le molestara. Se puso por el pitón
derecho y su descolocación después de cada muletazo impedía ligar el siguiente.
Lo intentó por el izquierdo y se repetía la historia. No es que el toro embistiera,
es que Finito ni ayudaba ni ponía nada de su parte.Su
segundo llegó sin ningún recorrido al último tercio. Se aculó en tablas, y Finito abrevió. Los que allí estábamos se lo
agradecimos. Creo.
El
primer enemigo de Morante fue devuelto a los corrales. En estos casos y en esta
plaza, es preceptivo que salgan por la puerta de chiqueros los bueyes de
Florito. Por si alguien no sabe quien ese tal Florito, se trata del mayoral de la
plaza madrileña. Un profesional de su trabajo como la copa de un pino. Pero
héteme aquí, que sólo salen los bueyes. Él ni aparece. No le hace falta. Los cabestros
saben perfectamente lo que tienen que hacer y lo hacen a las mil maravillas.
Como dice mi amigo Iñaki: Si los bueyes de Florito supieran hablar, darían
conferencias.
Sale
como sobrero un ejemplar de Carmen Segovia. Los pitones eran un escándalo.
Tanto es así, que en el primer encuentro con el caballo, al toro se le desprendió
la vaina del pitón derecho. Este toro, a diferencia de otro del mismo hierro
que también salió como sobrero días atrás y que sirvió, éste no valió ni un
pimiento. Morante lo intentó pero el toro se negó en rotundo a embestir. En el
cuarto toro de la tarde que era de Finito, Morante realizó un quite y nos
dibujó una media verónica que sólo él es capaz de interpretar de esa manera. Larga,
bella, cargada de arte, sutileza y plasticidad. Fantástica. Algunos en el
tendido decían que solo por eso, merece la pena pagar una entrada.
Para
su segundo enemigo, comenzó la faena con el estoque de verdad. Ya había visto
que el toro no le iba a ayudar y que la tarea era demasiado complicada. Dicho y
hecho. No se lo pensó dos veces y aquí se acabó la historia. Para darnos un
sainete, mejor así. ¿Para qué vamos a sufrir viendo hacer a Morante cosas que
no sabe hacer? Lo que sabe hacer lo habíamos visto, aunque en esencia, en el
cuarto toro de la tarde.
Ficha del festejo. 23
de mayo de 2013. Las Ventas. Madrid.
Decimoquinto festejo de la Feria de San Isidro 2013.
Presidente: D. Trinidad López-Pastor Expósito. Lleno.
Decimoquinto festejo de la Feria de San Isidro 2013.
Presidente: D. Trinidad López-Pastor Expósito. Lleno.
Toros
de Jandilla (2º, 3º y 6º) y Vegahermosa (1º,4º y 5º): Bien
presentados. Mansos, faltos de raza y
sin fondo para aguantar la lidia a excepción del tercero. Un
sobrero (2º) de Carmen Segovia,
basto y manso que saltó al ruedo con los pitones escobillados.
Finito de Córdoba: Bajonazo (silencio); sablazo tendidísimo sin soltar en el lomo, pinchazo y seis descabellos (pitos).
Finito de Córdoba: Bajonazo (silencio); sablazo tendidísimo sin soltar en el lomo, pinchazo y seis descabellos (pitos).
Morante de la Puebla: Pinchazo y estocada (silencio); tres pinchazos y
descabello (bronca).
Miguel Ángel Perera: pinchazo, media (leve petición y vuelta al ruedo); estocada
desprendida (silencio).
No hay comentarios:
Publicar un comentario