Por Paz Domingo. Esta crónica debía estar encabezada por la ficha del festejo. Elaborar esta reseña cuando han aparecido por la puerta de toriles nueve animales, de cinco hierros diferentes; cuando la ganadería titular ha sido remendada tras sucesivos reconocimientos; cuando los corrales están abarrotados de animales a punto de cumplir la edad antirreglamentaria para su lidia; cuando tienen todos en sus entrañas inversiones inservibles; cuando no hay ser humano ni divino que pueda soportar tres horas continuadas de materia indescriptible; cuando uno ya ni sabe lo que está viendo; cuando todo se derrumba, arriba en los tendidos y abajo en los ruedos; cuando ni los esfuerzos bizarros pueden servir; cuando hacer crítica te convierte en mala persona; pues es el momento de plantearse decisiones drásticas porque el desaliento ya está haciendo estragos. Habrá que retroceder algunos siglos, recuperar el espíritu de aquellos frailes que con paciencia y silencio fueron seleccionando el carácter bravo para rentabilizarlo en los festejos populares que empezaban a proliferar en los gustos del populacho. Hay que elegir: o aquella vieja e interesada selección de los cartujanos de clausura o la clausura definitiva. Parece hasta sencillo.
Texto completo de la crónica en este enlace
Duodécimo festejo. Madrid. Plaza de toros de Las Ventas, 21 de mayo de 2012.
Cuatro toros de Antonio Bañuelos (ganadería anunciada) y dos toros de Couto Fornilhos para Zotoluco,
Diego Urdiales y Morenito de Aranda.
Cuatro toros de Antonio Bañuelos (ganadería anunciada) y dos toros de Couto Fornilhos para Zotoluco,
Diego Urdiales y Morenito de Aranda.
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