Por Paz Domingo. Agua clara nacía de un terruño seco, brotó a borbotones y corrió alegre inundando de frescor nuestras almas toreras. Se llama Gómez del Pilar y es ya torero de Madrid. Con un espíritu arrebatado, con presunción de novillero antiguo, con gallardía innata, con torería exquisita, con arriesgada hombría, con dominio preciso, con temple del bueno, con pases de pecho ensoñadores, con alegría apabullante y hasta con improvisación, nos envolvió Gómez del Pilar en el misterio poderoso en esta tarde primaveral, en la que lo más difícil era torear la encastada corrida de Guadaira, estar a la altura de la belleza de los animales, para después dominarlos con la maestría reservada a fenómenos de la tauromaquia.
Decimonoveno festejo. Madrid. Plaza de toros de Las Ventas, 28 de mayo de 2012.
Novillos de Guadaira para Alberto Durán, Gómez del Pilar y Damián Castaño
Novillos de Guadaira para Alberto Durán, Gómez del Pilar y Damián Castaño
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